Olfatea, sobre todo, como un perrito, ¡y con qué intensa fruición! El niño siempre anda buscando. Entonces, si no se siente buscado, por fuerza pensará que el mundo falla y le rechaza. Por eso el viejo le abraza tiernamente, lebesa,lehuelecontantaavidezanimalcomo olfatea el propio niño, identificandose así con él. « ¡ Mira que necesitar libros para criarle!... ¡ Así no se enseña a vivir, sino con las manos y con los besos, con