como un mastín. Andrea, de todos modos, se acerca a la puerta entornada y olfatea, porque ese cazurro de su suegro es capaz de ponerse a fumar. No por mala intención, sino porque no tiene idea de la higiene ni de criar niños...Nosehuelenada.Menosmal,pero¡hace falta paciencia con el hombre! Dentro, el viejo se ha callado al dormirse el niño. La escasa luz acotada por la rendija entre las cortinas