El suyo era un paseo fantasmal por una ciudad delicuescente a la madrugada, la cual, sin duda alguna, se liquidaría con la llegada de las primeras luces. Era conveniente, pues, apretar el paso. Así como tantas veces la fugacidad le había atormentado hastaelextremodeaceptarque,ensuexperiencia del placer, aspirar los vapores de un aguardiente pleno como la vida o robar un aletazo del éxtasis, eran tan poderosos como el aguardiente y el éxtasis,
MIR:099.28
ACEPTAR - Admitir o recibir voluntariamente [algo]