Brunettino mientras avía unos platos. El viejo, incorporandose a la fiesta, revela el secreto de su despensilla privada y aporta manjares meridionales para alegrar el frío mundo gastronómico de Andrea. -¡Vaya queso rico! --exclama Simonetta devorandolo. Y,naturalmente,Brunettinotambiénexige probarlo. -¡Pues si cataras los que hacemos en casa...! ¡Rascu ahumado, o el butirri, con mantequilla dentro...! Pero hay que comerlos allí,