, exactamente lo contrario de la muerte norteamericana, que es abstracta y desencarnada. Para los mexicanos, la muerte se ve y se toca: es el cuerpo deshabitado por el alma, el montón de huesos que, de alguna manera, como enelpoemaazteca,hadereflorecer.Paralosnorteamericanos, la muerte es lo que no se ve: la ausencia, la desaparición de la persona. En la conciencia puritana la muerte estaba presente siempre pero como una presencia