Texto contextualizado: |
imaginación política y de arrojo de sus políticos. Después de la segunda guerra, las naciones del Viejo Mundo se replegaron en sí mismas y han consagrado sus inmensas energías a crear una prosperidad sin grandeza y a cultivar un hedonismo sin pasión y sin riesgos. La última gran tentativa por recobrar la perdida influencia fue la del general De Gaulle. Con él se acabó una tradición que ya en su época, a despecho de su poderosa personalidad, era un arcaísmo. Era imposible que Francia por sí sola, en su nueva |
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