nos perfeccionaba y perfeccionaba el mundo. Tuvimos incluso la espléndida recompensa de que uno de los filósofos restableciera el equilibrio después de superar ese período de escrúpulos inanes; de su boca escuchamos que toda obra parcial es también historia, que algo tan inmenso comolainvencióndelaimprentahabíanacido del más individual y parcelado de los deseos, el de repetir y perpetuar un nombre de mujer. Llegamos así al día en que tuvimos las pruebas de que la imagen de Glenda se