Si en lugar de examinar el temple de los Estados en pugna, nos detenemos en la naturaleza de sus instituciones y en la índole de los conflictos internos que los habitan, la visión se aclara. En Estados Unidos y en Occidente las instituciones fueron concebidas para afrontar loscambios,guiarlosyasimilarlos;enRusiaysussatélites, para impedirlos. La distancia entre las instituciones y la realidad es muy grande en Occidente; en Rusia esa distancia se transforma en contradicción: no hay