Todos nuestros discursos elocuentes terminan en silbidos de víbora... Somos espíritus caídos en el tiempo pero no somos tiempo: somos inmortales. Ésa es nuestra condena: eternidad sin esperanza. YO: Somos hijos del tiempo y el tiempo es esperanza. Traslaventana,lasazaleassehabíanfundidoconla noche. Sobre la hoja de papel, en un hueco entre dos párrafos, advertí una pequeña mancha de tinta. Pensé: un agujero de luz negra. México, a
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FUNDIRII - Reunir dos entidades en un todo. Fusionar