zafio con un modelo ya existente, en otras latitudes, en tecnicolor fabuloso: Disneylandia. Enardecida por los discursos de los provocadores, la muchedumbre comienza a destrozar escaparates, vuelca autobuses y furgonetas, arranca adoquines y papeleras, corta árboles, improvisa barricadas, preparacóctelesmolotov,seenfrentaalasfuerzas represivas. Para evitar una posible identificación en las fotografías, los cabecillas se cubren el rostro con máscaras de osezno, conejito o ardilla: quemarán cubos de basura y neumáticos