siempre encerrada en casa y recibiendo lecciones de doña Rosaura, la única profesora que tuve de niña. Vivíamos en Extremadura, en una casa grande y aislada que distaba unos tres kilómetros de la ciudad. Yo no dejaba pasar ninguna oportunidad de salir al exterior, puesestabacansadadeapostarmeenlacancelay,através de sus barrotes, contemplar la carretera, casi siempre vacía. Allí fuera empezaba el mundo, donde yo imaginaba que podrían ocurrir las cosas más extraordinarias.
SUR:055.01
APOSTARII - Situar(se) [alguien] en un lugar para acechar o esperar