jefa emitía dictámenes sicoanalíticos con voz atiplada y daba instrucciones a su secuaz, una discípula con todo el aspecto de una prima fea y tonta venida de provincias, que repetía las palabras de la otra como un periquito, enriqueciendolas con un fuerte acento catalán.Nosabíascuántohabíaduradolaocupación ni si el resultado del registro satisfacía a las secuestradoras: durante el lapso que habían permanecido contigo no habíais cruzado una sola palabra. Concluida la revisión de tu archivo, habían