taza del retrete, situada no obstante a dos metros de él, desabotonarse la bragueta, sacar un apéndice arrugado y pequeño, mear directamente en el lavabo: un viejo hábito contraído hace años, después del lancinante dolor causado por los cálculos renales, cuando el médicoleaconsejóquecontrolaraelcolorydensidad de la orina. Ahora, ésta es invariablemente blanca y fluida, como corresponde a quien bebe a diario un litro de agua mineral; con todo, él sigue aferrado