de nada sospechoso o anormal. A pesar de lo temprano de la jornada el río de automóviles era muy denso e invadía ya, como en las horas punta, los pasos de cebra. Ganó el bordillo, justo en el momento en que el semáforo peatonal pasabaalrojoycontemplólabarrasiemprellenade clientes al acecho de una cara conocida. Su mirada resbaló sobre la puerta vidriera y se detuvo en la leyenda en diagonal que la atravesaba: . ¿Será