texto, descubro, con asombro y perplejidad primero, bochorno y consternación después, que su padre soy yo. Hostigado por comentarios burlones y risas sarcásticas, me refugio en la sala del museo objeto asiduo de mi revista. El sigue allí, inmovilizado ensuposealtanera,perocontemplandome con expresión paternal y benigna: quien a Mí acuda a confiar tristezas y cuitas, será objeto constante de Mi solicitud y protección. Su gorro de mariscal, el pecho cubierto de