todo si la esposa está en casa y, como suele, conversa interminablemente con sus amigas. Ahora, el atrabiliario personaje retira un pequeño dispositivo adherido al aparato, se instala cómodamente en su sillón, mira a través del cristal de la ventanalasuperficiegrisáceadelostejados,contempla una de las palomas estúpidas cuyas deyecciones salpican el canalón de desagüe, se frota las manos como el obeso sexual que, después de masturbarse ante una modelo de Playboy, deliciosamente relajado ya