vertiginosa proliferación de actos delictivos contra las personas y la propiedad. Ante la descorazonadora inutilidad de los poderes públicos y manifiesta obsolescencia de los medios de protección clásicos -puertas blindadas, puños americanos, timbres de alarma, revólveres, esprais--, hemosllegadoalaconclusióndequeseimponeun salto cualitativo en el campo de la autodefensa familiar e individual: la fabricación de pequeñas armas destructivas de alcance limitado, capaces de eliminar sin dolor, en unos segundos, a su