en la del hombre. --Abandonar... --murmura Hortensia--. Eso no es abandono. «¡Qué buena es!», reconoce el viejo mientras la escucha. «Piensa como yo, pero no quiere echar leñaalfuego...¡Nifaltaquehace,yaardebastante!» --Lo que sea, ¿lo hiciste con tu hija? ¡Respondeme!...¡ Luego se quejarán de que los hijos se vayan de casa en cuanto puedan!