; tu padre y hasta tu madre cada noche. Sí, hasta tu madre, ¡ya ves!, ¡cuándo hubiera pensado yo tal cosa!... No dormirás solo; yo nunca dormí solo, tuve esa suerte. Ahora sí, claro, pero a los viejos nos acompañanuestrahistoria...Sí,tuvesuerte.Dezagal en invierno con mi madre, en verano en la montaña con Lambrino, el pobrecillo, luego en el corro de los pastores, o con los mozos, o con las vacas que acompañan