De vez en cuando, sorpresas inquietantes: el repiqueteo estrepitoso de un timbre que no alarma a nadie, el súbito fragor de un tren por el viaducto metálico bajo el cual pasan, o unos mugidos y un olor a estiércol inexplicables en pleno casco urbano. -Elmatadero-aclaraelhijo,señalandolas tapias a la derecha-. Ahí compramos vísceras para la fábrica. «Así que trampa también para los animales.» Embocan una avenida. « ¿ Qué