los trapecistas con el pobrecito niño dando saltos mortales, el ballet que salía entre los números exhibiendo unos cuantos hermosos pares de muslos... Pero sobre todo Mangurrone, el famoso Mangurrone, el superestrella con sus chistes y sus breves cuadritos cómicos...«¡Mangurrone,otro!»,gritabalagente, «¡ Man-gu-rro-ne, Man-gu-rrone!...», y Mangurrone reaparecía con diferente caracterización para ofrecer otra propina a su querido y respetable público milanés... El viejo sofoca una carcajada