siente tan en su nido como él ahora en el sillón de Hortensia. ¡Por eso la sonrisa feliz entre los rosados mofletes del niño! Sentada enfrente, la mujer le contempla, sus manos sobre la falda. La cabeza ligeramente ladeada y,enlosojos,hondísimaternuraderramandosehacia ese hombre. En el corazón, melancolía indecible; en los labios, un asomo de serena sonrisa. El viejo, dormido, no puede ver ni esa mirada ni la
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DERRAMAR - Dejar o hacer salir un líquido de su contenedor (normalmente, aplicado a la sangre y a las lágrimas)