-prohíbe Andrea, levantandose para alejarle del peligro. -¡No! ¡No! -imita el niño a gritos, siguiendo una rociada de sílabas sin sentido. -Es un tesoro, sí -repite Andrea-, pero nos tiene rendidos a todos. Hortensiaafirmaqueestáenlaedad,Andrea lo reconoce y ofrece un café, pasan las dos con el niño a la cocina para tomar allí la bebida recién hecha, discuten los méritos de sus respectivas cafeteras, Hortensia