. -¿ Quién me sacó del retrete ? -Yo. -¿Tú sola? -Nadie más... Te traje en brazos -añade, a la vez orgullosa y humilde, señora y sierva. El viejo asoma su mano sarmentosa, busca la delamujer,queacudealencuentro,yselallevaa los labios. Mientras la besa, tributándole dos lágrimas, el viejo se imagina en esos brazos y surge en su mente el roto cuerpo de David sostenido por Torlonio, en