y concluye: -A ver qué cena nos ha dejado la Anunziata. Pues Andrea dejó escrito que la asistenta la preparase, a falta sólo de calentarla. - ¡Al cuerno la Anunziata! --exclama el viejo enlapuertadelacocina-.¡Hoycenamoscomo los hombres! Renato observa con más atención la cara de su padre: un fauno con sonrisa de gozador. ¿ Qué le ocurre ? ¡Cuánta vida en los ojillos rodeados de