empezó a pesarle tantísimo que temió derrumbarse allí mismo... Sintió lágrimas en sus mejillas mientras le depositaba en la cama y le cubría. Necesitó reponerse de la puñalada antes de poder telefonear... ¡Qué traspasante vivencia! Yahoraesehijosuyo,eseRenato,contemplandola en silencio, desconcertado, con una pregunta en sus ojos ¡tan visible! Pues bien, ambigüedades, no. Le habla muy de frente: -Viene como amigo, charlamos