Texto contextualizado: |
ojalá te trinquen! Sus execraciones me llegaron cuando estaba en el rellano. Cerré sigilosamente la puerta a mis espaldas. Un tramo de escalera de hierro tachonado me condujo a otra puerta de madera hinchada y cuarteada por la humedad. Descorrí un robusto pasador y salí a la azotea. Finalizada sin contratiempos la programación de TVE, el silencio se había enseñoreado del barrio. El cielo estaba encapotado, pero ese resplandor cárdeno y probablemente mefítico que siempre flota sobre nuestra ciudad me permitía |
LAB:146.06 |