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que, por lo menos, quede sobre la tierra un pequeño grupo de hombres --como en el fin de la Antigüedad- que resista a la seducción de la omnicencia divina como otros, en nuestros días, han resistido a la de la omnicencia revolucionaria. II LA DEMOCRACIA IMPERIAL ESTRENAR DECADENCIA Primero fue un secreto susurrado al oído por unos cuantos enterados; después los expertos comenzaron a escribir doctos ensayos en las revistas especializadas y a dictar conferencias en las Facultades; hoy el |
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