Texto contextualizado: |
, Churchill, De Gaulle. En la década de los 60 una figura ambigua, alternativamente colérica y orgiástica, los Hijos, desplazó a la del Padre saturnino. Pasamos de la glorificación del viejo solitario a la exaltación de la tribu juvenil. A pesar de que los desórdenes universitarios estremecieron a Occidente, ni la Unión Soviética ni los partidos comunistas los utilizaron o lograron canalizarlos. Al contrario: los denunciaron como movimientos pequeño-burgueses, anárquicos, decadentes y manejados por agentes provocadores |
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