David era muy ingenuo entonces... No añadió nada más, y cuando Genoveva dijo: «Nunca me hablaba de esos tiempos, de vuestro encuentro, de vuestra amistad, de lo que hacíais, de cómo erais...», enesepuntohabíacomenzadoelsilencio,sehabíainiciado el espacio de tiempo impreciso en que, callados los dos, sólo se oía el viento desafiante y silbador, que penetraba por invisibles puntos de las ventanas cerradas y se extendía, entre