tejados grises a través de la ventana de su estudio con expresión de perplejidad. Un repaso a las ciento setenta páginas de su manuscrito descubre la existencia de un ser fragmentado: ideas, sentimientos, líbido tiran por diferentes caminos, el desdichado cronista desuvidahasidoincapazdeaglutinarlos.Hojear su relato acuciado por la premura del tiempo es un lancinante ejercicio de irrealidad: al final, ya no sabe si es el remoto individuo que usurpa su nombre o ese goytisolo