, irregular edificio de la esquina no corre peligro alguno: el honesto y patriota bebedor de calvados puede respirar aliviado. Las banderas que ondean en los balcones, conmemorando alguna festividad, parecen no obstante más llamativas y numerosas que de costumbre. Más abajo, y eso sólo lo advertiráalcabodeunosinstantes,unsuntuosobaldaquín de paño negro, con bordaduras y entorchados, cubre, como una marquesina, la puerta del diario: ¡es un auténtico funeral! Excitado por el descubrimiento,