se cruza de brazos con una encantadora expresión de despecho y de cólera. El instante es sublime y quisieras prolongar indefinidamente tu éxtasis, flotar en un estado perpetuo de arrobo y felicidad. Sus botines están al alcance de tus labios y los cubresdebesos.Aunquelesuplicas,admitestusfaltas, sufres sus desaires, prometes enmendarte, bendices sus desdenes, entonas un mea culpa y te vuelves alfombra, tu sometimiento aviva todavía su fastidio e irritación. Su figura se