inocencia a gritos y, lo que es más grave, se lleva torpemente la mano al bolsillo para mostrar documentos que acrediten su indiscutible condición doméstica, ese necio e impulsivo ademán corre el riesgo de ser, y será, muy distintamente interpretado. Lostrescolegasdelhábilcinturónnegroacudirán en seguida a prestarle mano: mientras él le somete a nueva e infalible presa, los otros inmovilizarán de concierto sus desacordes y pataleantes extremidades hasta asegurarse de su completa e irremediable