, el comisario le recibirá en un instante. Arrellanado en la butaca, contemplas el ir y venir de los ordenanzas con sus misteriosos mensajes: también ellos se inclinan al pasar frente a ti, como ante un personaje importante. Aunque la espera se prolonga unashoras,elujieracudedevezencuandoa disculparse y asegurarte que el jefe despachará contigo en seguida. Mientras la euforia inicial cede paso a una inquietud difusa, observas que varios obreros cruzan silenciosamente