. El de las gafas se detuvo un momento a contemplarlo. Antes, apenas si le había dedicado un desdibujado «hola» al serle presentado por el primo. --De todos modos, lo que vosotros no estáis dispuestos aaceptaresqueaquíhayquejugársela,jugársela de verdad. Los obreros... Un temblor especial recorría la espina dorsal de David cada vez que oía la palabra obreros. Siempre la recordaba dicha así, con tono misterioso, con la