por los animales, asomate de vez en cuando a los jardines públicos y juega con los chiquillos. Charla pacientemente con sus madres, imita la sonrisa inefable de los querubines tallados en los retablos. No temas pasar por pobre deespíritu,adoptaunairerisueñoybobo:encandila por ejemplo a las criaturas dejando correr sobre la manga de tu gabardina un inofensivo ratoncillo adiestrado. Tus citas se realizarán siempre a la vista de todos: ningún lugar mejor que el espacio