¿Ahora me crees? Hablaron a solas y Miguel insistió en que había visto con claridad cómo la criada volcaba sobre él la humeante sopera. Aunque ella no quisiera creerlo, Onésima era mala, muy mala, y le odiaba, siempre quepodíalehacíasufrir,lecastigabasinmotivo. Mercedes le miraba con expresión seria, inconmovible, pero, en una ocasión, hizo con la cabeza un breve gesto de asentimiento, como el del profesor. «Han
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CASTIGAR - Hacer padecer un daño físico o moral a alguien por haber cometido una falta, escarmentar