tres más decidimos cerrar filas, no admitir sin pruebas, sin el examen disimulado por los whiskys y los alardes de erudición ( tan de Buenos Aires, tan de Londres y de México esos exámenes de medianoche). A la hora del estreno de Losfrágilesretornosnosfueprecisoadmitir,melancólicamente triunfantes, que éramos muchos los que queríamos a Glenda. Los reencuentros en los cines, las miradas a la salida, ese aire como perdido de las mujeres y el dolido