. ¿ Pero por qué desde luego ? La noche puede ser diferente y la esperamos sin decirlo, ocupandonos de nada, demorandonos en mecedoras y cigarrillos y tragos, dejando apenas una luz en la veranda; las persianas del salón la filtran en finas láminas que noalejanlasombradelaire,elsilenciodelaespera. No esperamos nada, desde luego. ¿ Por qué desde luego, por qué mentirnos si lo único que hacemos es esperar, como en Delft, como en tantas otras