. Sentado en el camastro Robert miraba el aire, el cigarrillo quemandose olvidado entre los dedos. Janet no se sorprendió, la sorpresa no tenía curso ahí, ni la presencia ni la ausencia; un tabique transparente, un cubo de diamante dentrodelcubodelaceldalaaislabadetoda tentativa, de Robert ahí delante bajo la luz eléctrica. El arco de sí misma tendido hasta lo último no tenía cuerda ni flecha contra el cubo de diamante, la transparencia