-Le encerraron sus padres, que eran los reyes de aquella tierra. No eran malos, y querían al príncipe, ¡bonito como un ángel!, pero cuando nació vino un aojador, leyó un libro y anunció que al crecer el príncipemataríaasuspadresyseacabaríaelreino... ¿Qué iban a hacer ellos? ¿Le degollamos? ¿Le echamos a la mar?... Todo les daba pena, así que le tapiaron en la cueva. Y durante tres días y tres noches...