, ni deportes, ni contactos interesantes hasta que no viene a Madrid... Una familia pequeña de una pequeña burguesía... Las espadas estaban en alto. Esquivando el cansancio de un nuevo duelo, Julián rogó: --Dejame que continúe con el asunto de la casa... YGenovevaasintió. --He buscado al antiguo propietario, un payés desconfiado que al principio no recordaba nada. Luego se fue ablandando y me dijo: «Se la vendí a un señor que me