calle aparecían rodeadas de un halo de niebla helada. Los tejados cercanos se adornaban con estalactitas que colgaban diminutas de los aleros. Los árboles de las aceras estaban blancos de escarcha. Huir. Ésa era la palabra que mejor expresaba su estado de ánimo. Deseos dehuir,dealejarsedelaparejaquepretendía arrastrarle al pozo de soledad, indiferencia, hastío, en que vivían. Regresó a la mesa, y al inclinarse sobre la madre para besarla le pareció que sus ojos tenían un