fieles servidores de su casa, su casta, su irreductible privilegio. --Miedo nunca --repitió Genoveva--, pero sí me doy cuenta de que esta casa con la marcha de María va a volverse muy grande para los que quedamos... Insistíaeninformar,darcuenta;afirmabaconobjetividad, pero a Julián le pareció advertir por primera vez en la noche una vacilación levísima, una ligera duda en las últimas palabras pronunciadas. «Es mucho más que miedo --