recién nacido, sino un niño ya capaz de estar sentado. Un niño que, intrigado a su vez por la aparición de ese hombre, rechaza con su manita la cucharada de papilla ofrecida por la madre y clava en el viejo sus redondos ojos oscuros. Suelta un gruñidito, manoteaunmomentoy,alfin,sedignaabrirlaboquita a la comida. -¡Qué grande! -acaba por exclamar el viejo. -¿Verdad, papá? -se ufana la madre-.
SON:032.06
MANOTEAR - Mover exagerada y desordenadamente las manos