Texto contextualizado: |
la gracia del fósforo? El viejo, efectivamente, frota y enciende con habilidad en el hueco formado por sus manos. Arroja el fósforo al exterior y fuma despaciosamente. Silencio desgarrado tan sólo por zumbido de motor, susurrar de neumáticos, algún imperioso bocinazo. El coche empieza a oler a tabaco negro, evocando en el hijo recuerdos infantiles. Con disimulo baja un poco el cristal de la ventanilla. El viejo entonces le mira: nunca ha podido acostumbrarse a ese perfil delicado, herencia |
SON:016.25 |