, porque en Belén no había luz eléctrica... Si te pica, rascate. » El niño da el triunfo al viejo. Se lleva las sonajas a la boca, sí, pero no insiste. Las huele, incluso, peronopasadeahí.Encambioleentusiasmagolpear el parche, sacudir el instrumento, escuchar su tintineo. Agita el pandero ante el pesebre con frenesí, dando la espalda a las bombillitas. Y cuando Andrea quiere aprovechar una pausa