la alcobita y consigue volverle a dormir. Andrea no sale de su alcoba hasta mucho después, pasando en bata a encerrarse en el cuarto de baño. Deshacer la maleta les ha llevado a los dos todo ese tiempo. -Hoyestáustedenfadado,nomeloniegue -afirma la señora Maddalena, con incitadora sonrisa. El viejo lo reconoce, refunfuñando. Más bien está dolido; se siente traicionado un poco por el niño, a quien le atrae