. Dios no hizo bien las cosas: deberíamos vivir tantas veces como los árboles, que pasado un año malo echan nuevas hojas y vuelven a empezar. Nosotros sólo una primavera, sólo un verano y al hoyo... Por eso has de echar bien tus ramasdesdeahora.Yonacíenpedregalynomequejo, llegué a enderezarme solo. Pero pude haber florecido mejor... » Su cavilación se remansa en esas últimas palabras. «Eso mismo, florecer. Yo